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(Hoja  22 )  Consejos de la biblia


Meditación en la Palabra de Dios.Hno. Ricardo Chi. 19/08/2011.


Sabiduría:Cap. 1- 1. 
Amad la justicia, los que juzgáis la tierra, pensad rectamente del Señor y con sencillez de corazón buscadle.

Sabiduría: Cap. 4-5.  Limpiar el corazón.
En efecto, en alma fraudulenta no entra la Sabiduría, no habita en cuerpo sometido al pecado;
pues el espíritu santo que nos educa huye del engaño, se aleja de los pensamientos necios y
se ve rechazado al sobrevenir la iniquidad.


Sabiduría   7, 1-7.  Es un don de Dios.
Yo también soy un hombre mortal como todos, un descendiente del primero que fue formado de la tierra.
En el seno de una madre fui hecho carne; durante diez meses fui modelado en su sangre, de una semilla de hombre y del placer que acompaña al sueño.
Yo también, una vez nacido, aspiré el aire común, caí en la tierra que a todos recibe por igual y mi primera voz fue la de todos: lloré. Me crié entre pañales y cuidados.
Pues no hay rey que haya tenido otro comienzo de su existencia; una es la entrada en la vida para todos y una misma la salida. Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría.

Sabiduría  15, 1-3.  Tuya es y tuyos somos en la sabiduría.
Mas tú, Dios nuestro, eres bueno y verdadero, paciente y que con misericordia gobiernas el universo.
Aunque pequemos, tuyos somos, porque conocemos tu poder; pero no pecaremos,
porque sabemos que somos contados por tuyos.
Pues el conocerte a ti es la perfecta justicia y conocer tu poder, la raíz de la inmortalidad.



ECLESIÁSTICO:   el temor del señor y la sabiduría.
1:6 ¿A quién fue revelada la raíz de la sabiduría y quién conoció sus secretos designios?
1:7 ¿A quién se le manifesté la ciencia de la sabiduría y quién comprendió la diversidad de sus caminos?
1:8 Sólo uno es sabio, temible en extremo: el Señor, que está sentado en su trono.
1:9 Él mismo la creó, la vio y la midió, y la derramó sobre todas sus obras:
1:10 la dio a todos los hombres, según su generosidad, y la infundió abundantemente en aquellos que lo aman.
1:12 El temor del Señor deleita el corazón, da gozo, alegría y larga vida.
1:14 El principio de la sabiduría es el temor del Señor: ella es creada junto con los fieles en el seno materno.
1:21 El temor del Señor aleja los pecados: el que persevera en él aparta la ira divina.

ECLESIÁSTICO:   La confianza en Dios
2:7 Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.
2:8 Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.
2:9 Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.
2:10 Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido?
¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?
 


ECLESIÁSTICO:   el Pecador:
2:
11 Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.
2:12 ¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos!
17:25 Vuelve al Señor y deja de pecar, súplica ante su rostro y deja de ofenderlo.
17:27 ¿Quién alabará al Altísimo en el Abismo, si los vivientes no le rinden homenaje?
17:28 el muerto, el que ya no existe, deja de alabarlo: el que está vivo y sano debe alabar al Señor.
18:2 sólo el Señor será hallado justo y no hay otro fuera de él.
18:13 El hombre sólo tiene misericordia de su prójimo, pero el Señor es misericordioso con todos los vivientes.
Él reprende, corrige y enseña, y los hace volver como el pastor a su rebaño.
18:14 Él tiene misericordia con los que aceptan la instrucción y están siempre dispuestos a cumplir sus decretos.
19:22 No es sabiduría saber hacer el mal y no hay prudencia en el consejo de los pecadores.
27:30 También el rencor y la ira son abominables, y ambas cosas son patrimonio de pecador.

ECLESIÁSTICO:    Los deberes hacia los padres
3:
1 Hijos, escúchenme a mí, que soy su padre; hagan lo que les digo, y así se salvarán.
3:2 Porque el Señor quiere que el padre sea respetado por sus hijos y confirmó el derecho de la madre sobre ellos.
3:3 El que honra a su padre expía sus pecados
3:4 y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro.
3:5 El que honra a su padre encontrará alegría en sus hijos y cuando ore, será escuchado.
3:8 Honra a tu padre con obras y de palabra, para que su bendición descienda sobre ti,
3:12 Hijo mío, socorre a tu padre en su vejez y no le causes tristeza mientras viva.
3:13 Aunque pierda su lucidez, sé indulgente con él; no lo desprecies, tú que estás en pleno vigor.
3:14 La ayuda prestada a un padre no caerá en el olvido y te servirá de reparación por tus pecados.
3:15 Cuando estés en la aflicción, el Señor se acordará de ti, y se disolverán tus pecados como la escarcha con el calor.
3:16 El que abandona a su padre es como un blasfemo y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor. 



ECLESIÁSTICO:   Deberes de los padres y los hijos
7:
23 Si tienes hijos, edúcalos y exígeles obediencia desde su niñez.
7:24 Si tienes hijas, cuídalas para que sean castas y no te muestres demasiado blando con ellas.
7:25 Casa a tu hija, y habrás hecho una gran obra, pero dásela a un hombre inteligente.
30:13 Educa a tu hijo y fórmalo bien, para que no tengas que soportar su desvergüenza.
22:7 Los hijos que llevan una vida honesta y tienen con qué alimentarse ocultan el origen humilde de sus padres.
22:8 Los hijos jactanciosos y mal educados deshonran el noble origen de su familia.

ECLESIÁSTICO:   La fidelidad en Dios
11:
14 Bienes y males, vida y muerte, pobreza y riqueza vienen del Señor.
11:20 Sé fiel a tu obligación, entrégate a ella, y envejece en tu oficio.
11:22 La bendición del Señor es la recompensa de los buenos, y en un instante él hace florecer su bendición.
11:23 No digas: "¿Qué me hace falta? ¿Qué bienes puedo esperar todavía?"
11:24 No digas: "Ya tengo bastante; ¿qué males pueden sobrevenirme aún?"
11:25 En los días buenos se olvidan los malos, y en los malos, se olvidan los buenos.

ECLESIÁSTICO:   Saber hablar y callarse a tiempo
20:5 Uno se calla, y es tenido por sabio, y otro se hace odioso por su locuacidad.
20:6 Uno se calla porque no tiene qué responder y otro, porque espera la oportunidad.
20:7 El sabio guarda silencio hasta el momento oportuno, pero el petulante y necio no se fija en el tiempo.
20:8 El que habla demasiado se vuelve abominable y el que pretende imponerse se hace odioso.
20:19 Un hombre grosero es como un cuento inoportuno, que siempre está en boca de los mal educados.
20:26 El que se acostumbra a mentir cae en la deshonra y su ignominia lo acompaña constantemente.



ECLESIÁSTICO:   La holgazanería22:1
El perezoso se parece a una piedra ensuciada: todos silban despectivamente por su deshonra.
22:2 El perezoso se parece a un montón de excrementos: el que los levanta se sacude las manos.

ECLESIÁSTICO:   La lujuria y el adulterio
23:
16 Dos clases de hombres multiplican los pecados y una tercera atrae la ira:
23:17 una pasión encendida como el fuego ardiente no se extinguirá hasta quedar consumida; un hombre lleno de lujuria en su cuerpo carnal no cesará hasta que el fuego lo abrase; para el lujurioso toda comida es dulce, y no se calmará hasta que haya muerto.
23:18 El hombre que peca contra su propio lecho dice en su corazón: "¿Quién me ve? La oscuridad me rodea y los muros me cubren; nadie me ve: ¿qué puedo temer? El Altísimo no se acordará de mis pecados".
23:19 Lo que él teme son los ojos de los hombres, y no sabe que los ojos del Señor son diez mil veces más luminosos que el sol, que observan todos los caminos de los hombres y penetran en los rincones más ocultos.

ECLESIÁSTICO:   Tres cosas deseables y tres aborrecibles25:1
tres cosas me adorno y me presento embellecida delante del Señor y de los hombres:

1.- la concordia entre hermanos,  
2.-la amistad entre vecinos  
3.- una mujer y un marido que se llevan bien.

25:2 Pero hay tres cosas que aborrezco y que me irritan por su manera de vivir:
1.- un pobre soberbio   
2.- un rico mentiroso   
3.-un viejo rabo verde.



ECLESIÁSTICO:   Nueve cosas buenas.
25:
7 Hay nueve cosas imaginables, que considero felices:
1.-un hombre que está contento de sus hijos
2.- el que vive con una esposa inteligente
3.- el que no incurre  en falta con su lengua
4.- el que no ha servido a un patrón indigno de él!
5.- el que ha encontrado la prudencia y es prudente.
6.- el qué ha encontrado la sabiduría! Pero nadie aventaja al que teme al Señor:
7.- el que posee el temor del Señor ¿a quién se puede comparar?
8.- el que teme al Señor y ha comenzado en su amor
9.- el que por la fe empieza a unirse a él. (Al Señor)

ECLESIÁSTICO:   La felicidad de tener una buena esposa
26:
1 ¡Feliz el marido de una buena esposa: se duplicará el número de sus días!
26:3 Una buena esposa es una gran fortuna, reservada en suerte a los que temen al Señor:
26:4 sea rico o pobre, su corazón será dichoso y su rostro estará radiante en todo momento.
26:14 Una mujer discreta es un don del Señor y no tiene precio la esposa bien educada.26:16 Como el sol que se eleva por las alturas del Señor, así es el encanto de la buena esposa es una casa ordenada.                                                             

ECLESIÁSTICO:   La alegría del corazón
30:
21 No dejes que la tristeza se apodere de ti ni te atormentes con tus cavilaciones(preocupa)
30:22 Un corazón alegre es la vida del hombre y el gozo alarga el número de sus días.
30:23 Vive ilusionado y consuela tu corazón, y aparta lejos de ti la tristeza, porque la tristeza fue la perdición de muchos y no se saca de ella ningún provecho.
30:24 La envidia y la ira acortan la vida y las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo.
30:25 Un hombre de corazón alegre tiene buen apetito y lo que come le hace provecho.



ECLESIÁSTICO:   Los verdaderos y los falsos amigos
37:
1 Todo amigo dice: "También yo soy tu amigo", pero hay amigos que lo son sólo de nombre.
37:2 ¿No entristece acaso hasta la muerte ver a un amigo querido transformarse en enemigo?
37:6 Nunca te olvides de un buen amigo, y acuérdate de él cuando tengas riquezas.

ECLESIÁSTICO:   Dios y el medico.
38:1 Honra al médico por sus servicios, como corresponde, porque también a él lo ha creado el Señor.
38:2 La curación procede del Altísimo, y el médico recibe presentes del rey.
38:3 La ciencia del médico afianza su prestigio y él se gana la admiración de los grandes.
38:4 El Señor hizo brotar las plantas medicinales, y el hombre prudente no las desprecia.
38:7 Con esos remedios el médico cura y quita el dolor, y el farmacéutico prepara sus ungüentos.
38:8 Así, las obras del Señor no tienen fin, y de él viene la salud a la superficie de la tierra.
38:9 Si estás enfermo, hijo mío, no seas negligente, ruega al Señor, y él te sanará.
38:10 No incurras en falta, enmienda tu conducta y purifica tu corazón de todo pecado.
38:13 En algunos casos, tu mejoría está en sus manos,
38:14 y ellos mismos rogarán al Señor que les permita dar un alivio y curar al enfermo, para que se restablezca.
38:15 El hombre que peca delante de su Creador, ¡que caiga en manos del médico!

Salmos  18
2 = Dijo: =  Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado).
3  Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo,
mi escudo y fuerza de mi salvación,mi ciudadela y mi refugio.
4 Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos.  
28  tú que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros.
29 Tú eres, Yahveh, mi lámpara, mi Dios que alumbra mis tinieblas.
   
Salmos  21
    3    Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhelo de sus labios.
    4    Pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cabeza corona de oro fino;
    5    vida te pidió y se la otorgaste, largo curso de días para siempre jamás.
    6    Gran gloria le da tu salvación, le circundas de esplendor y majestad;
    7    bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rostro.
   
Salmos  22
   25    Porque no ha despreciado ni ha desdeñado la miseria del mísero;
            no le ocultó su rostro, mas cuando le invocaba le escuchó.
    26    De ti viene mi alabanza en la gran asamblea, mis votos cumpliré ante los que le temen.
    27    Los pobres comerán, quedarán hartos, los que buscan a Yahveh le alabarán:
            «¡Viva por siempre vuestro corazón!»

Salmos  23
    1    El Señor es mi pastor, nada me falta.
    2    Por prados de fresca hierba me apacienta.
          Hacia las aguas de reposo me conduce,
    3    Conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
    4    Aunque pase por el valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú Señor estas conmigo;
    6    Sí, dicha y gracia me acompañarán  todos los días de mi vida;
          mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de los días.

Salmos  27
    1    Yahveh es mi luz y mi salvación,  ¿a quién he de temer?
          Yahveh, el refugio de mi vida,  ¿por quién he de temblar?
    3    Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme;
          aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella.
    4    Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando:
          morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida,
          para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo.
    7    Escucha, Yahveh, mi voz que clama, ¡tenme piedad, respóndeme!
    8    Dice de ti mi corazón: «Busca su rostro.» Sí, Yahveh, tu rostro busco:
   10    Si mi padre y mi madre me abandonan, Yahveh me acogerá.
   11    Enséñame tu camino, Yahveh, guíame por senda llana, por causa de los que me asechan;
   14    Espera en Yahveh, ten valor y firme corazón, espera en Yahveh.

SALMO 55. 23-
23 Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá:
nunca permitirá que el justo perezca.

SALMO 138
138:1 Te alabaré con todo mi corazón; 
Delante de los dioses te cantaré salmos. 
138:2 Me postraré hacia tu santo templo, 
Y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; 
Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. 
138:3 El día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi alma. 
138:7 Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; 
Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, Y me salvará tu diestra. 
138:8 Yahveh cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Yahveh, es para siempre; 
No desampares la obra de tus manos.

SALMO 139.
:1 Oh Yahveh, tú me has examinado y conocido. 
:2 Tú conoces cuando me siento  y me levanto; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 
:3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 
:4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Yahveh, tú la sabes todo. 
:5 Detrás y delante me sostienes, Y sobre mí pusiste tu mano. 
:6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender. 
:7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 
:8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 
:9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, 
:10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. 
:11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 
:12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; 
Lo mismo te son las tinieblas que la luz. 
:13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 
:14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, 
Y mi alma lo sabe muy bien. 
:15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, 
Y entretejido en lo más profundo de la tierra. 
:16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas 
Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. 
:17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! 
:18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo. 
:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 
:24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,Y guíame en el camino eterno.


SALMOS 149, 150.
149:1 Cantad a Yahveh un cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos. 
149:2 Alégrese Israel en su Hacedor; Los hijos de Sion se gocen en su Rey. 
149:3 Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa a él canten. 
149:4 Porque Yahveh tiene contentamiento en su pueblo; 
Hermoseará a los humildes con la salvación. 
149:5 Regocíjense los santos por su gloria, Y canten aun sobre sus camas. 
149:6 Exalten a Dios con sus gargantas, 
150:1 Alabad a Dios en su santuario; 
Alabadle en la magnificencia de su firmamento. 
150:2 Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 
150:3 Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. 
150:4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. 
150:5 Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. 
150:6 Todo lo que respira Alabe a YAHVEH. Aleluya. 



LA PALABRA DE DIOS ES UNA ESPADA DE DOS FILOS QUE PENETRA HASTA LO MÁS PROFUNDO DEL CORAZÓ
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