Fe con poder y amor en Cristo
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ORACION No. 38  = ORACIONES CON PDOER (2)              
La Palabra  de Dios es la espada del Espíritu,  y las espadas  se utilizan  en la guerra.  El Señor le enseñará   a usar  esta espada, misma  que deberá  emplear  contra  los enemigos  espirituales  de su alma. Usted podrá  ver grandes victorias  si la emplea correcta­ mente.  La mayor  parte   de  las  oraciones   en  este  libro  tienen referencias  bíblicas,  lo  animo   a  que  busque   los  versículos  y medite  en ellos. La Palabra  de Dios  es nuestra  fuente  de sabi­ duría:  nosotros  obramos  en la sabiduría  de Dios para vencer  el poder  del infierno.

La salvación  es la base de la guerra,  el nuevo  nacimiento  es
una necesidad,  pero, además,  el creyente  necesita  estar lleno del Espíritu  Santo. ¿Usted ha nacido  de nuevo?  ¿Sabe que es salvo más  allá de toda  duda?  Los creyentes  deben  llevar vidas  santas sometidas  al Espíritu  Santo, se nos ordena  caminar  en el Espíritu porque así tendremos  asegurada  la victoria  y lograremos  grandes avances  para  los demás;  podemos  castigar  toda  desobediencia cuando  nuestra  obediencia  sea completa.  Jesús echó fuera demo­ nios a través del Espíritu  Santo y el Espíritu  Santo fue la fuente de su poder y su sabiduría.

El Señor es la fuerza de mi vida, lo cual me da la capacidad de
vencer  al miedo; en Él pondré  mi confianza.  Lo anterior  fue la clave de las victorias  de David, un rey que sabía como depender del Señor, gracias a lo cual ganó muchas batallas y venció a todos sus enemigos.

Dios nos ha iluminado  con respecto a muchos pasajes bíblicos durante  los años en que hemos estado involucrados  en la libera­ ción y la guerra espiritual,  y dichas porciones  de la escritura  han sido invaluables  para  poder  experimentar   avances importantes. La Palabra  de Dios  es un  cofre del tesoro  lleno  de sabiduría  y conocimiento;  contiene  una revelación abundante  para todos los Creyentes.

Confesar la Palabra de Dios es una parte  importante  de la vida espiritual  de cada creyente; de hecho, al cristianismo  se le llama la gran confesión. La salvación viene al confesar  con la boca y la boca está vinculada  al corazón.  La Palabra  de Dios emitida  con su boca quedará  sembrada  en su corazón.  La fe se hace patente desde la boca y la boca solamente habla lo que hay en el corazón y esta fe del corazón  que se emite a través de la boca puede mover montañas.
Dios  es la fuente  de todas  nuestras  victorias  y logros,  es la
fuente  de nuestra  sabiduría  y nuestras  estrategias  y su Palabra es la fuente de nuestro  entendimiento   de la guerra  en la que nos encontramos.   Nuestra  guerra  se origina  en los cielos, nosotros atamos  lo que ya ha sido atado en los cielos y desatamos  lo que ya ha sido desatado  en los cielos.

ORACION: Repitala con fe y confianza el el Señor de Señores que tiene toda potestad en los Cielos y en la Tierra y en los Abismos, y su Autoridad en nosotros sus HIjos. Amén.


Ningún arma forjada contra mi prosperará, y condenaré toda lengua que se levante contra mí en juicio (Isaías 54:17).
Con justicia seré adornado; estaré lejos de la opresión (Isaías 54:14).
Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas (2 Corintios  10:4).
Tomo el escudo de la fe y apago todos los dardos de fuego del maligno (Efesios 6:16).
Tomo la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios y la uso en contra del enemigo (Efesios 6:17).
Fui redimido de la maldición de la ley, soy redimido de la enfermedad, soy redimido  de la muerte espiritual  (Gálatas 3:13).
Venceré sobre todo porque mayor es Él que está en mí que el que está en el mundo (1 Juan 4:4).
Estoy firme, ceñidos mis lomos con la verdad, y vestido con la coraza de justicia, y calzado los pies con el calzado del evangelio de la paz. Tomo el escudo de
la fe. y tomo el yelmo de la salvación, y la espada del
Espíritu, que es la palabra de Dios (Efesios 6:14-17).
Soy libre de la potestad de las tinieblas, y trasladado
al Reino de su amado Hijo (Colosenses 1:13).
Tengo potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada me dañará  (Lucas 10:19).
No he recibido espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7).
Soy bendito con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3).

Fui curado  por  las llagas  de Jesús  (Isaías  53:5).
Mi mano  está en el cuello  de mis  enemigos   (Génesis  49:8).
Unges  mi cabeza  con  aceite,  mi copa está rebosando.   El bien y la misericordia    me seguirán todos  los días  de mi vida  (Salmo  23:5-6).
He sido ungido  para  predicar,   enseñar, sanar  y echar  fuera  demonios.
Recibo  la abundancia   de la gracia  y del don  de la justicia y reino  en vida  por  Cristo  Jesús  (Romanos   5:17).
Tengo vida y la tengo  en abundancia    (Juan  10:10).
Camino   en luz, como  Él está  en luz y la sangre  de Jesucristo
su Hijo  nos limpia  de todo  pecado  (1 Juan  1:7).
Soy la justicia  de Dios  en Cristo  (2 Corintios   5:21).
Soy cabeza  y no cola (Deuteronomio    28:l3).
Declararé   una  cosa y será firme  en mi vida  (Job 22:28).
Tengo  gracia  para  con Dios y los hombres   (Lucas  2:52).
Bienes  y riquezas  hay en mi casa, y mi justicia
permanece   para  siempre  (Salmos  112:3).
Seré saciado  de larga vida,  y Dios me mostrará   su salvación  (Salmos  91:16).
Habito  bajo el abrigo  del Altísimo  y vivo a la sombra  del Omnipotente    (Salmos  91:1).
No me sobrevendrá   mal  ni plaga  tocará  mi morada   (91:10).
Todos  mis hijos  serán  enseñados   por  Yavhe y se multiplicará   la paz de mis  hijos  (Isaías  54:13).
Soy fortalecido   en el hombre  interior  por  su Espíritu   (Efesios  3:16).
Estoy cimentado   y arraigado   en amor  (Efesios 3:17).
Bendigo  a mis  enemigos  de carne  y hueso  y venzo  el mal con  el bien  (Mateo  5:44).
Señor, bendíceme   y guárdame,   haz  resplandecer    tu rostro  sobre  mí y ten  de mí misericordia, alza  sobre mí tu  rostro  y dame  paz  (Números   6:24-26).
Hazme  como  a Efraín  ya  Manasés   (Génesis  48:20).
Sáciame  de favores  y lléname  de la bendición del Señor  (Deuteronomio    33:23).
Dios,  derrama   tus  bendiciones   sobre  mi vida.
Revélame  y bendíceme   (Mateo   16:17).
 
Soy la semilla  de Abraham   por  medio  de Jesucristo  y recibo  la bendición   de Abraham. Señor, bendíceme   con  esa bendición   y multiplícame    como  las estrellas  del cielo o como  la arena  del mar.
Haz  descender   tus lluvias  de bendición sobre  mi vida  (Ezequiel  34:26).
Transforma   cualquier   maldición   pronunciada    en mi contra, en bendición   (Nehemías   13:2).
Que tu bendición   me enriquezca   (Proverbios   10:22).
Que  todas  las naciones  me llamen bienaventurado (Malaquías   3:12).
Que  todas  las generaciones   me llamen bienaventurado (Lucas  1:48).
Soy hijo  del Bendito  (Marcos   14:61).
 
Vivo en el Reino  del Bendito  (Marcos   11:10).
Mis pecados  son perdonados    y soy bienaventurado  (Romanos  4:7).
Señor,  todos  los días  me colmas  con beneficios   (Salmos  68:19).
Soy escogido  de Dios  y soy bendecido   (Salmos  65:4).
Mi simiente   es bendita  (Salmos  37:26).
 
Dame  por  heredad   la tierra  (Salmos  37:22).
Desata toda limitación y restricción impuesta a mi vida por cualquier espíritu maligno, en el nombre de Jesús.
Yo ato y echo fuera todos los espíritus de pitones y constrictores, en el nombre de Jesús.
Dame bendición y ensancha mi territorio, que tu mano esté conmigo y líbrame del mal (1 Crónicas 4:10).
Echa fuera a mis enemigos y ensancha mi territorio  (Éxodo 34:24).
Señor, tú has prometido ensanchar mi territorio  (Deuteronomio 12:20).
Ensancha mi corazón para que pueda ir por el camino de tus mandamientos  (Salmos 119:32).
Mi boca es ensanchada sobre mis enemigos (1 Samuel 2:1).
Ensancha mis pasos para que pueda recibir tu riqueza y prosperidad  (Isaías 60:5-9).
Recibo liberación y ensanchamiento para mi vida (Ester 4:14).
El Señor aumentará más y más para mí y mis hijos (Salmos 115:14).
Que tu Reino y tu imperio se incrementen en mi vida (Isaías 9:7).
Que aumente mi conocimiento de Dios (Colosenses 2:19).
Oh Señor, bendíceme y multiplícame (Isaías 51:2).
Multiplícame en abundancia (Génesis 30:43).
Hazme crecer con el crecimiento de Dios (Colosenses 2:19).
Hazme crecer y abundar  en amor (1 Tesalonicenses 3:12).
Aumenta mi grandeza y consuélame en todo aspecto (Salmos 71:21).
Déjame crecer en estatura y sabiduría (Lucas 2:52).
Aumenta  mi fuerza y confunde a los adversarios (Hechos 9:22).
Que tu gracia y favor aumenten en mi vida. Que se prolonguen los días de mi vida (Proverbios 9:11).
Que la palabra de Dios crezca en mi vida (Hechos 6:7). Bendíceme en todo lo que produzca (Deuteronomio  14:22). Que aumenten mis ofrendas y mis diezmos (Deuteronomio 14:22).
Que mi estado final sea muy grande (Job 8:7).

Renuncio a toda lujuria, perversión, inmoralidad, suciedad, impureza y pecado sexual, en el nombre de Jesús.
Renuncio a toda brujería, hechicería, adivinación y prácticas ocultas, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo vínculo impío en mi alma y toda relación inmoral, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo odio, ira, resentimiento, venganza, represalia, rencor y amargura, en el nombre de Jesús.
Perdono a toda persona que me haya lastimado, decepcionado, abandonado, tratado malo  rechazado, en el nombre de Jesús.
Renuncio a toda adicción a las drogas, al alcoholo  a toda sustancia legal o ilegal que me haya atado, en el nombre de Iesús.
Renuncio a todo orgullo, soberbia, arrogancia, vanidad, egolatría, desobediencia y rebelión, en el nombre de Jesús.
Renuncio a toda envidia, celos y codicia, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo miedo, incredulidad y duda, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo egoísmo, toda autocompasión, todo rechazo hacia mí mismo, todo odio hacia mí mismo así como a todo deseo de ser reconocido y de hacer mi propia voluntad, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo pensamiento y sistema de creencias impío, en el nombre de Jesús.
Renuncio a todo pacto, juramento y voto impío hechos por mí mismo o por mis ancestros, en el nombre de Jesús.
 
 
ORACION ES EN CRISTO
Soy llamado en Cristo (Romanos 1:6). Soy redimido en Cristo (Romanos 3:24). Por Cristo, reino en vida (Romanos 5:17).
Estoy vivo para Dios a través de Cristo (Romanos 6:11). Tengo vida eterna a través de Cristo (Romanos 6:23). Soy heredero junto con Cristo (Romanos 8:17).
Soy santificado en Cristo (1 Corintios  1:2).
Mi cuerpo es un miembro de Cristo (1 Corintios 6:15). Tengo la victoria a través de Cristo (1 Corintios  15:57).
Triunfo en Cristo (2 Corintios 2:14).
Soy una nueva criatura  en Cristo (2 Corintios 5:17). Soy la justicia de Dios en Cristo (2 Corintio 5:21). Tengo libertad en Cristo (Gálatas 2:4).

Soy crucificado   con Cristo  (Gálatas  2:20). Estoy revestido  de Cristo  (Gálatas  3:27).
Soy heredero   de Dios por  medio  de Cri~to  (Gálatas  4:7).
He sido bendecido   con bendiciones   espirituales   en lugares  espirituales   en Cristo  (Efesios  1:3).
He sido escogido  en Cristo  antes  de la fundación   del mundo   para  ser santo  y sin culpa  ante  Él (Efesios  1:4).
He obtenido   una  herencia  en Cristo  (Efesios  1:11). He  sido  vivificado  juntamente    con  Cristo  (Efesios 2:5). Estoy  sentado  en lugares  celestiales  en Chsto   (Efesios 2:6). He  sido creado  en Cristo  para  buenas  obras  (Efesios 2:10). Tengo  seguridad   y acceso  en Cristo  (Efesios 3:12).
Me regocijo  en Cristo  (Filipen~es  3:3). Prosigo  a la meta  del supremo   llamamiento
de Dios  en Cristo  (Filipenses   3:14).
 
Todo  lo puedo  en Cristo  que me fortalece   (Filipenses  4:13). Dios suple  todas  mis  necesidades   en Crist-,  (Filipenses  4:19). Cristo  en mí es la esperanza   de gloria  (C~olosenses 1:27). Estoy  completo  en Cristo  (COIOSebses 2:10).
He muerto  junto  con Cristo  (Colosenses   2:20). He resucitado   junto  con Cristo  (Colosenses   3:1).
Mi vida  está escondida   con Cristo  en Dios  (Colosenses  3:3).
Cristo  es mi vida  (Colosenses   3:4). Tengo la mente  de Cristo  (1 Corirltios   2:16). Soy hecho   partícipe   de Cristo  (Hehreos  3:14). Soy guardado   en Cristo  (Judas  1:1).

Venga tu  Reino,  hágase  tu voluntad   (Mateo  6:10). Que tu Reino  crezca  y se establezca  a través  de la
predicación,   la enseñanza   y la sanidad   (Mateo  4:23). Que las puertas   de mi vida y de mi ciudad  se abran
para  que entre  el Rey de gloria  (Salmos  24:7).
 
Señor, tú  reinas,  tú  estás vestido  de poder  y majestad.  Tu trono   es firme  desde  que  existe  el mundo,  tú  eres para  siempre  (Salmos  93:1-2).
Señor, tú  eres  un  gran  rey por  encima   de todos  los dioses  (Salmos  95:3).
Que  todas  las naciones  escuchen   que el Señor  reina  (Salmos  96:10).
Señor, tú reinas,   que tiemblen  los pueblos,  que
Ja tierra se conmueve [Ssunos 99:J).
 
Señor, tú has preparado    tu trono  en los cielos y tu
Reino  domina   sobre  todo  (Salmos  103:19).
 
Que los hombres   bendigan   al Señor  en todos  los lugares  de su señorío  (Salmos  103:22).
tu Reino  es eterno  y tu imperio  perdura   por las generaciones   (Salmos  145:13).
Que los hombres   hablen  de la gloria  de tu  Reino y hablen  de tu  poder  (Salmos  145:11).
Que  los hombres   conozcan   tus hechos  poderosos   y la gloriosa  majestad   de tu Reino  (Salmos  145:12).
Que tu Reino  venga  con liberación   (Mateo  12:22).
 
Que el evangelio   del Reino  sea predicado   en mi Región  con  señales  y maravillas.
Padre,  recibo  el Reino  porque   es tu deleite  dármelo   (Lucas  12:32).

Tu trono, oh Señor es como una llama encendida (Daniel 7:9).
Eres el Dios que responde con fuego (1 Reyes 18:24).
El fuego va delante de ti, oh Señor y abrasa a tus enemigos (Salmos 97:3).
Señor, libera tu fuego y quema las obras de las tinieblas. Bautízame con el Espíritu Santo y fuego (Lucas 3:16). Que tu fuego esté en mis manos para sanar a
los enfermos y echar fuera demonios.
Que tu fuego queme en mis ojos, mí corazón, mis entrañas, mi boca y mis pies.
Que tu fuego esté en mi lengua para predicar y profetizar.
Recibo lenguas de fuego.
Que tu palabra sea predicada con fuego (Jeremías 23:29).
Hazme un ministro  de fuego (Hebreos 1:7).
Libérame con tu fuego (Salmos 18:13).
Que tu fuego me proteja y me cubra (Éxodo 14:24).
Libero el fuego de Dios para que queme los ídolos de la tierra (Deuteronomio 7:5).
Que las obras de la brujería y el ocultismo se quemen en tu fuego (Hechos 19:19).
Purifícame con tu fuego (Malaquías 3:2). Que tu fuego se libere en Sion (Isaías 31:9).
Que los espíritus de la lujuria y la perversión sean destruidos con tu fuego (Génesis 19:24).
Que se manifieste el espíritu abrasador para consumir las obras de las tinieblas (Salmos 140:10).
Que tu llama consuma a los espíritus malignos (Salmos 106:18).
Que tu gloria encienda una hoguera como ardor de fuego (Isaías 10:16).
Haz oír tu potente voz, y haz ver el descenso de tu brazo, con llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo (Isaías 30:30).
Que Babilonia sea como mala hierba que tu fuego consuma. Que no puedan salvarse del poder de la llama (Isaías 47:14).
Señor, ven y reprende a tus enemigos con llamas de fuego (Isaías 66:15).
Que toda carne vea tu fuego manifestarse (Ezequiel 20:48). Crea de noche un resplandor de fuego que eche llamas (Isaías 4:5). Que el fuego de tu presencia se manifieste
en mi vida (Salmos 97:5).

Que los demonios queden al descubierto y sean echados con tu fuego (Hechos 28:3).
Deja caer tus rayos sobre el enemigo (Salmos 78:48). Despide tus relámpagos y dispersa al enemigo (Salmos 144:6). Que tu luz sea por fuego y tu santo por llama que consuma
los cardos y espinas en mi vida (Isaías 10:17).
 
Soy redimido de la maldición de la ley (Gálatas 3:13). Rompo toda maldición generacional de orgullo, lujuria,
perversión, rebelión, brujería, idolatría, pobreza, rechazo, miedo,
confusión, adicción, muerte y destrucción, en el nombre de Jesús. Ordeno a todos los espíritus generacionales que entraron a mi
vida durante mi concepción, en el vientre, en el canal del parto y
a través del cordón umbilical a que salgan, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición y palabra negativa que yo haya hablado sobre mi vida, en el nombre de Jesús.

Rompo toda maldición y palabra negativa que haya sido hablada sobre mi vida por otras personas, incluyendo aquellas en autoridad, en el nombre de Jesús.
Ordeno a todos los espíritus ancestrales de la masonería, la idolatría, la brujería, la religión falsa, la poligamia, la lujuria y la perversión que salgan de mi vida, en el nombre de Jesús.
Ordeno a todos los espíritus hereditarios  de lujuria, rechazo, miedo, malestar, debilidad, enfermedad, ira, odio, confusión, fracaso y pobreza que salgan de mi vida, en el nombre de Jesús.
Rompo los derechos legales de todos los espíritus generacionales que obran detrás de una maldición, en el nombre de Jesús, ustedes no tienen derecho legal para obrar sobre mi vida.
Ato y reprendo a todo espíritu familiar y espíritu guía que quiera obrar en mi vida a partir  de mis ancestros, en el nombre de Jesús.
Renuncio a toda creencia y filosofía falsa heredada por mis ancestros, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición sobre mi economía que provenga de mis ancestros que hayan engañado o hecho malos manejos de dinero, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición de malestar y enfermedad y ordeno a todas las enfermedades heredadas que salgan de mi cuerpo, en el nombre de Jesús.
Por medio de Jesús, mi familia es bendita (Génesis 12:3).
Renuncio a todo orgullo heredado de mis ancestros, en el nombre de Jesús.
Rompo todo juramento, voto y pacto que mis ancestros hayan hecho con el diablo, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición hecha en secreto contra mí por agentes de Satanás, en el nombre de Jesús (Salmos 10:7).

Rompo toda maldición escrita que pueda afectar mi vida, en el nombre de Jesús (2 Crónicas 34:24).
Rompo toda maldición designada para tener efecto en mi vida cuando adquiera cierta edad, en el nombre de Jesús.
Rompo toda maldición por la que se haya pagado a Balaam en mi contra, en el nombre de Jesús (Nehemías 13:2).
Señor, convierte en bendición toda maldición dicha en mi contra (Nehemías 13:2).
Rompo toda rebeldía generacional que me haga resistir al Espíritu Santo (Hechos 7:51).
Rompo las maldiciones de muerte habladas por las autoridades de mi nación sobre mi nación.
Rompo las maldiciones de muerte habladas en contra de mi país dichas por gente de otros naciones, en el nombre de Jesús.
 
 
 
PARA  ANULAR    PACTOS   IMPíos
Rompo y anulo todo pacto, juramento y promesa impía que haya hecho con mis labios, en el nombre de Jesús.
Renuncio y rompo cualquier juramento  impío hecho por mis ancestros hacia ídolos, demonios religiones falsas u organizaciones impías, en el nombre de Jesús (Mateo 5:33).
Rompo y anulo todo pacto con la muerte y el infierno hecho por mis ancestros, en el nombre de Jesús.
Rompo y anulo todo pacto impío hecho por mis ancestros con demonios o ídolos, en el nombre de Jesús (Éxodo 23:32).
Rompo y anulo todo pacto de sangre hecho mediante sacrificios que pueda afectar mi vida, en el nombre de Jesús.
Ordeno a todos los demonios que posean algún derecho legal sobre mi vida mediante un pacto, que salgan fuera, en el nombre de Jesús.
Rompo y anulo todo pacto hecho con dioses falsos y demonios a través de prácticas ocultas y brujería, en el nombre de Jesús.
Rompo y anulo todo casamiento espiritual que pudiera permitir
 
 
Rompo y anulo todo casamiento a cualquier demonio
 
a un íncubo o súcubo atacar mi vida, en el nombre de Jesús.
 
 
que pudiera afectar mi vida, en el nombre de Jesús.
Rompo todo pacto con el infierno, en el nombre de Jesús (Isaías 28:18).
Tengo un pacto con Dios a través de la sangre de Jesucristo, estoy unido al Señor y soy un espíritu con Él. Rompo todo pacto impío y renuevo mi pacto con Dios a través del cuerpo y la sangre de Jesús.
Me divorcio de todo demonio que pudiera tener algún derecho sobre mi vida mediante cualquier pacto ancestral, en el nombre de Jesús.
Ato y echo fuera a cualquier demonio en mi familia que pudiera entrar en mi vida a través de pactos ancestrales, en el nombre de Jesús.

Me cubro, cubro a mi familia y a mis posesiones con la sangre de Jesús.
Que el fuego de Dios rodee y proteja mi vida de toda destrucción.
Que los ángeles del Señor acampen a mi alrededor y me protejan (Salmos 34:7).
Que tu gloria sea mi armadura y que proteja mi espalda y retaguardia.
Levántame y estaré seguro (Salmos 119:117).
El nombre de Jesús es torre fuerte, corro a ella y estoy seguro (Proverbios 18:10).
Señor, tú me haces habitar en seguridad (Salmos 4:8).
Protégeme de los opresores (Salmos 12:5). Permíteme habitar  con seguridad en mi tierra (Levítico 26:5). Guíame con seguridad y no tendré temor; que el
mar cubra a mis enemigos (Salmos 78:53).
Permíteme recostarme y descansar con seguridad (Job 11:18; Isaías 14:30).
Vaya habitar en seguridad, no temeré a nada (Ezequiel 34:28).
Guárdame como la niña de tus ojos y escóndeme bajo la sombra de tus alas (Salmos 17:8).
Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas (Salmos 61:4).
Confiaré en la sombra de tus alas (Salmos 57:1). Sé mi refugio de la lluvia y la tormenta  (Isaías 4:6). Sé mi refugio del viento y la tempestad (Isaías 32:2).
Pon mi cabeza a cubierto en el día de la batalla (Salmos 140;7).
Cúbreme en la sombra de tu mano (Isaías 51:16).
Cúbreme con tus plumas (Salmos 91:4).
Sé mi refugio y mi fortaleza (Salmos 59:16).
Defiéndeme y libérame (Isaías 31:5).
Que tu gloria sea mi defensa (Isaías 4:5).
Ponme a salvo de quienes se levanten en contra de mí (Salmos 59:1).
Señor, tú eres mi escudo y mi refugio (Salmos 119:114). Señor rodéame con tu escudo de protección (Salmos 5:12). Derríbalos, oh Señor, mi escudo (Salmos 59:11).
Que tu verdad sea mi escudo (Salmos 91:4). Señor, tú eres mi sol y mi escudo (Salmos 84:11). Señor, tú eres mi escudo y mi galardón será
sobremanera grande (Génesis 15:1).
No temeré a diez mil que se hayan levantado en contra mía, porque tú eres mi escudo (Salmos 3:1-6).
Eres una torre fuerte en contra del enemigo (Salmos 61:3).
 
 
 
ORACIONES      PARA  Q!)E   SE MANIFIESTE EL BRAZO    DEL  SEÑOR
Nadie tiene un brazo como el tuyo, Señor, lleno de fuerza y poder (Job 40:9).
Señor, tu brazo es poderoso, tu mano es fuerte y tu diestra está en alto (Salmos 89:13).
Extiende tu brazo y redímeme, libérame de toda servidumbre (Éxodo 6:6).

Que caiga temblor y espanto sobre el enemigo por la grandeza de tu brazo hasta que yo haya pasado (Éxodo 15:16).
Favoréceme y que tu diestra me haga poseedor de la tierra (Salmos 44:3).
Quebranta a Rahab y dispersa a tus enemigos con tu brazo fuerte (Salmos 89:10).
Que tu mano me establezca y tu brazo me fortalezca (Salmos 89:21).
Que tu diestra y tu santo brazo me den la victoria (Salmos 98:1).
Haz ver el descenso de tu brazo con llama de fuego consumidor en contra de mis enemigos (Isaías 30:30).
Pongo mi esperanza en tu brazo (Isaías 51:5). Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo
de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo,
corta a Rahab, y hiere al dragón (Isaías 51:9). Desnuda tu santo brazo ante los ojos de todas las naciones
y que toda carne vea tu salvación (Isaías 52:10).
Haz proezas con tu brazo, esparce a los soberbios (Lucas 1:51). Revélame tu brazo, para que conozca tu fuerza y tu poder.
Que el poder de tus manos se derrame en mi vida (Habacuc 3:4).
 
 
 
PARA Q1JE SE MANIFIESTE  EL PODER  DE DIOS Señor, derrama tu poder glorioso en
contra del enemigo (Éxodo 15:6).
Que la fuerza y el poder se derramen de tu mano (1 Crónicas 29:12).
Dispersa al enemigo con tu poder (Salmos 59:11). Gobierna sobre tus enemigos con tu poder (Salmos 66:7).
Que el poder de tu ira se derrame en contra de los poderes de la oscuridad (Salmos 90:11).
Desato el poder y la autoridad del Señor en contra de todos los demonios a los que me enfrente,
en el nombre de Jesús (Mateo 10:1).
Por Dios me libero del poder de Satanás (Hechos 26:18).
Divide el mar y destruye a los espíritus marinos por medio de tu poder (Job 26:18).
Soy fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza (Efesios 6:10).
Haz que los poderes de la oscuridad se sometan al tuyo. Muestra tu asombroso poder, para que los hombres crean. Derrama tu poder en sanidad y liberación (Lucas 5:17). Manifiesta tu voz potente (Salmos 29:4).
Hazme asombrarme  con tu poder (Lucas 9:43).
Que tu gran poder se libere a través de tus apóstoles (Hechos 4:33).
Que las señales, maravillas y milagros se derramen a través del poder del Espíritu Santo (Romanos 15:19).
Que predique y enseñe con demostración del
Espíritu y de poder (1 Corintios 2:4). Que tu poder obre en mí (Efesios 3:20).
Manda a tus ángeles poderosos a que peleen mis batallas
en los cielos (2 Pedro 2:11y Apocalipsis 18:1).
Derrama el poder de Elías a través de tus profetas (Lucas 1:17). Que esté yo dispuesto en el día de tu poder (Salmos 110:3).

Cubro mi mente y mis pensamientos con la sangre de Jesús.
Cubro mi puerta y mis posesiones con la sangre de Jesús  (Éxodo 12:13).
Venzo al diablo mediante la sangre de Jesús (Apocalipsis 12:11).
Rocío la sangre de Jesús y recibo gracia y paz multiplicadas (1 Pedro 1:2).
Soy perfeccionado mediante la sangre del pacto eterno (Hebreos 13:20-21).
Tengo libertad para entrar en la presencia de
Dios a través de la sangre (Hebreos 10:19).
Mi consciencia está limpia de obras muertas para servir al Dios vivo por la sangre de Jesús (Hebreos 9:14).
Como el cuerpo de Jesús y bebo su sangre (Juan 6:54).
Soy redimido por la sangre de Jesús y soy redimido del poder del mal (Efesios 1:7).
Reprendo a todos los espíritus de tormento y miedo porque tengo paz mediante la sangre de Jesús (Colosenses 1:20).
Recibo los beneficios del nuevo pacto mediante la sangre de Jesús (Mateo 26:28).
Recibo salud y sanidad por la sangre de Jesús. Recibo abundancia y prosperidad por la sangre de Jesús. Recibo liberación por la sangre de Jesús.
Recibo la plenitud y la unción del Espíritu
Santo por la sangre de Jesús.
La sangre de Jesús atestigua mi redención y mi salvación (1 Juan 5:8).
La sangre de Jesús me limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).
Jesús resistió hasta la sangre y su sangre me da la victoria (Hebreos 12:4).
Reprendo y echo fuera a todo espíritu de culpa, vergüenza y condenación por la sangre de Jesús.
Rompo el poder del pecado y la iniquidad en mi vida mediante la sangre de Jesús (Hebreos 10:17).
Mi corazón es rociado con la sangre de Jesús y purificado de toda mala conciencia (Hebreos 10:22).
Ato a Satanás, el acusador de nuestros hermanos, por la sangre de Jesús (Apocalipsis 12:10).
Ordeno a todos mis acusadores que salgan por la sangre de Jesús (Juan 8:10).
Reprendo y echo fuera a todos los espíritus de calumnia y acusación por la sangre de Jesús (Mateo 12:10).
Desato la voz de la sangre en contra de los demonios y espíritus malignos que me acusan y me condenan (Hebreos 12:24).
 
 
 
ORACIONES      DE  GUERRA
Señor, adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la pelea (Salmos 144:1).
Señor, soy un guerrero tuyo en los últimos tiempos, úsame como arma en contra del enemigo (2 Crónicas 11:1).
Mis armas de guerra no son de este mundo sino poderosas en ti para la destrucción de fortalezas (2 Corintios 10:4).
Satanás, tú has perdido la guerra en los cielos (Apocalipsis 12:7).
Que todos los enemigos que hacen la guerra contra el Cordero sean destruidos (Apocalipsis 17:14).

No hago la guerra con la carne, sino con el espíritu (2 Corintios  10:3).
Señor, truena sobre el enemigo, da tu voz con granizo y carbones de fuego (Salmos 18:13).
Lanza tus flechas y dispérsalos, lanza relámpagos y destrúyelos (Salmos 18:14).
Líbrame de mi poderoso enemigo y de los que eran más fuertes que yo (Salmos 18:17).
Libérame y llévame a un lugar espacioso (Salmos 18:19). Soy tu martillo y tu arma de guerra (Jeremías 51:20). Haz hecho que mis enemigos me den la espalda y los
destruiré, en el nombre de Jesús (Salmos 18:40).
Soy tu ungido y me has liberado en gran manera (Salmos 18:50).
Los moleré como polvo y los echaré como lodo de las calles (Salmos 18:42).
Perseguí a mis enemigos y los alcancé y no volví hasta acabarlos (Salmos 18:37).
Los herí para que no se levantaran y cayeron bajo mis pies (Salmos 18:38).
Piso sobre el león y el áspid y hollaré al cachorro del león y al dragón (Salmos 91:13).
Huello serpientes y escorpiones, y todo poder del maligno, nada me dañará (Lucas 10:19).
Huello a los malvados, son cenizas debajo de mis pies (Malaquías 4:3).
Me levantaré y desmenuzaré al enemigo (Miqueas 4:13).
Reprendo a todo jabalí del campo, en el nombre de Jesús (Salmos 80:13).
Reprendo a toda bestia del bosque que venga a devorar (Isaías 56:9).
Reprendo a todo león del bosque que venga a matar (Jeremías 5:6).
Cierro la puerta a toda rata demoníaca que pretenda entrar a mi vida, en el nombre de Jesús (Isaías 66:17).
Ato y echo fuera a todo ladrón que quiera robar mis finanzas, en el nombre de Jesús (Juan 10:10).
Ato y echo fuera a todo espíritu que quiera robarse mi gozo, en el nombre de Jesús.
Ato, expongo y echo fuera a todo demonio que quiera entrar con sigilo a mi vida (2 Samuel 19:3).
Señor, limpia mi templo y aleja a todo ladrón de mi vida (Juan 2:14-15).
Señor, levanta una bandera en contra de toda inundación
que el diablo quiera traer a mi vida (Isaías 59:19).
Ato y echo fuera a todo espíritu familiar que quiera obrar en mi vida, en el nombre de Jesús (Isaías 8:19).
Ato y reprendo todo demonio que quiera bloquear mi camino, en el nombre de Jesús (Mateo 8:28).
Retiro de mi vida toda levadura de malicia y de maldad (1 Corintios 5:8).
Reprendo y echo fuera de mi vida todo espíritu en forma de rana, en el nombre de Jesús (Apocalipsis 16:13).
Ato y reprendo demonios en lugares altos, en el nombre de Jesús (2 Crónicas 11:15).
Rompo toda participación con demonios a través de el pecado, sangre o sacrificios, en el nombre de Jesús (1 Corintios 10:20).
Ordeno a todos los demonios que se alejen de mis hijos, en el nombre de Jesús (Marcos 7:29).

Señor, exhibo a todo diablo humano  en mi vida, en el nombre de Jesús (Juan 6:70).
Señor, expongo a todo hijo del diablo que quiera entrar a la iglesia (Hechos 13:10).
Que todo espíritu que se oculte de mí sea exhibido, en el nombre de Jesús (Iosué 10:16).
Que toda trampa oculta dirigida hacia mí sea exhibida (Jeremías 18:22).
Me levanto en contra y reprendo toda acechanza del diablo (Efesios 6:11).
Me libero de toda trampa del diablo, en el nombre de Jesús (2 Timoteo 2:26).
No caeré en la condenación del diablo (1 Timoteo 3:6).
Señor, que ninguna doctrina  del diablo se establezca en mi vida (1 Timoteo 4:1).
Anulo el poder de cualquier sacrificio hecho a los demonios en mi ciudad, región o nación, en el nombre de Jesús (Levítico 17:7).
Ato y reprendo a Moloc y a todo espíritu que haya sido enviado para que mi destino no llegue a buen término  (Levítico 18:21).
Dame la fortaleza para cumplir mi destino (Isaias 66:9). Venzo a todo espíritu del anticristo porque mayor es el que
está en mí que el que está en el mundo (1 Juan 4:4-5).
Me líbero de todo espíritu de error, en el nombre de Jesús (1 luan 4:6).
Señor, no me dejes obrar en el espíritu incorrecto (Lucas 9:55).
Me libero de todo espíritu de fornicación, en el nombre de Jesús (Oseas 4:12).
Dame y déjame caminar en un espíritu superior (Daniel 6:3).
Guardaré mi espíritu todo el tiempo (Malaquías 2:15).  
Ato y echo fuera todo espíritu que quiera destruir  mi vida en cualquier forma, en el nombre de Jesús (Marcos 9:20).
Señor, despierta mi espíritu para hacer tu voluntad (Hageo 1:14).
Ato y echo fuera a todo espíritu de estupor en mi vida, en el nombre de Jesús (Romanos 11:8).
Ato y echo fuera a todo demonio de miedo y timidez, en el nombre de Jesús (2 Timoteo 1:7).
Ato y reprendo todo espíritu de seducción que venga contra mí, en el nombre de Jesús (1 Timoteo 4:1).
Ato y reprendo al ángel de luz, en el nombre de Jesús (2 Corintios  11:14).
Rechazo todo ministerio apostólico falso, en el nombre de Jesús (2 Corintios  11:13).
Rechazo todo ministerio profético falso, en el nombre de Jesús (Mateo 7:15).
Rechazo todo ministerio falso de enseñanza, en el nombre de Jesús (2 Pedro 2:1).
Muéstrame a todos los hermanos falsos (2 Corintios  11:26).
Rechazo la boca que habla vanidad y la diestra de mentira (Salmos 144:8).
Rechazo toda visión falsa y toda palabra profética falsa que haya sido manifestada sobre mi vida (Jeremías 14:14).
Yo ato a Satanás, el engañador, para que no pueda engañar de ninguna forma en mi vida (Apocalipsis 12:9).
Ato y echo fuera todo espíritu de autoengaño, en el nombre de Jesús (1 Corintios 3:18).
Ato y echo fuera todo espíritu de hechicería que quiera engañarme, en el nombre de Jesús (Apocalipsis 18:23).
Señor, que ningún  humano me engañe (Mateo 24:4).

Ato y reprendo   toda  fascinación   que impida que  obedezca  la verdad  (Gálatas  3:1).
Pido  que me sea dada  palabra  para  dar  a conocer  con denuedo   el misterio   del evangelio   (Efesios 6:19).
Líbrame  de la mano  de hombres   perversos y malos  (2 Tesalonicenses   3:2).
Los espíritus   malignos  se van  de mi vida  conforme escucho  y hablo  la palabra   (Mateo  8:16).
Reprendo,   ato y echo  fuera  al vengativo   (Salmos  8:2).
Ato y echo  fuera  a todo  espíritu   que  se arrastre   y que quiera  arrastrarse    en mi vida  (Ezequiel  8:10).
Que el martillo   del perverso  sea roto  (Jeremías  50:23).
 
Renuncio   a toda  sabiduría   terrenal,   animal
y diabólica (Santiago 3:15).
Echo  fuera  a los demonios   y termino   mi obra  (Lucas  13:23).
 
Que  todo  faraón  que persiga  mi vida  sea ahogado   en el mar  (Éxodo  15:4).
Reprendo   a toda  abeja demoníaca   que quiera rodearme,   en el nombre  de Jesús  (Salmos  118:12).
Ato y echo  fuera  todo  espíritu   de Absalón  que quiera  robarse  mi corazón  para  apartarlo   del liderazgo   ordenado   por  Dios  (2 Samuel  15:6).
Dormiré   bien y no me mantendrá    despierto   ningún espíritu   de inquietud   o insomnio    (Salmos  3:5).
Que  toda  planta  que  mi Padre  no haya  sembrado
sea desarraigada,    en el nombre   de Jesús.
 
Golpeo  con el hacha  la raíz  de todo  árbol  de maldad   en mi vida.
Que  toda  raíz  generacional   impía  sea cortada   y sacada de raíz  de mi  linaje,  en el nombre   de Jesús.
Que las raíces  de la maldad   sean  como  podredumbre. Ordeno  a todo  árbol  del mal  que sea desarraigado
y echado  al mar  (Lucas  17:6).
 
Que  tu fuego  santo  queme  toda  raíz  impía,  en el nombre   de Jesús (Malaquías   4:1).
Que  la confianza   del enemigo  sea desarraigada    (Job 18:14).
 
Que toda  raíz  de amargura   sea cortada de mi vida  (Hebreos   12:15).
Que las palabras   proféticas   sean  desatadas   para arrancar   de raíz  los reinos  del mal  (Jeremías   1:10).
Que toda  persona   malvada  plantada   en mi iglesia sea desarraigada,    en el nombre   de Jesús.
Que  cualquier   enfermedad    que haya  echado  raíces  en mi cuerpo  sea arrancada,    en el nombre   de Jesús.
Que todo  ministerio    falso que haya  echado raíces  en mi  ciudad  sea arrancado.
Que  toda  zarza  y ortiga  sean  arrancadas    de mi vida,  en el nombre   de Jesús.
Que todos  los espinos  en mi vida  sean  quemados, en el nombre   de Jesús (Isaías  10:17).
Que  todos  los espíritus   enraizados   en el rechazo  salgan,  en el nombre   de Jesús.

Que todos los espíritus enraizados en el orgullo salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en la rebelión salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en el miedo salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en la lujuria y en el pecado sexual salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en maldiciones salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en la brujería salgan, en el nombre de Jesús.
Que todos los espíritus enraizados en alguna parte u órgano de mi cuerpo salgan, en el nombre de Jesús.
Oro pidiendo vencer toda intención de Satanás de zarandear  mi vida (Lucas 22:31).
En Dios soy libre del poder de Satanás (Hechos 26:18).
Ato al ladrón para que no robe, mate o destruya en mi vida (Juan 10:10).
Señor, retira el asiento de Satanás de mi región, mi ciudad y mi nación (Apocalipsis 2:13).
Señor, retira toda sinagoga de Satanás de mi ciudad, mi región y mi nación (Apocalipsis 3:9).
Ato y reprendo toda la ira del diablo dirigida hacia mi vida (Apocalipsis 12:12).
Diablo, te resisto, huye (Santiago 4:7). Soy sobrio y velo en contra de mi
adversario el diablo (1 Pedro 5:8).

Satanás, el Señor te reprenda (Zacarías 3:2).
Vete de aquí Satanás, porque escrito está (Mateo 4:10). Vete de mí Satanás, porque escrito está (Lucas 4:8).
Veo a Satanás cayendo del cielo como un rayo (Lucas 10:18).
Me deshago de toda atadura de Satanás, en el nombre de Jesús (Lucas 13:16).
Señor, aplasta a Satanás bajo mis pies (Romanos 16:20).
Ato y reprendo a todo espíritu de Satanás que esté estorbando, en el nombre de Jesús (1 Tesalonicenses 2:18).
Renuncio a todo enojo impío y no doy lugar al diablo (Efesios 4:27).
Satanás, el Señor te reprenda (Zacarías 3:2). Que el enemigo perezca por tu reprensión,
oh Señor (Salmos 80:16).
Que el enemigo huya de tu reprensión, oh Señor (Salmos 104:7).
Reprendo todo viento y tempestad del enemigo enviada en contra de mi vida (Marcos 4:39).
Reprime la reunión de gentes armadas y sus becerros hasta que se sometan (Salmos 68:30).
Reprende a quienes vengan contra mí con estrépito como de aguas y que huyan lejos (Isaías 17:13).
Reprende por mí al devorador (Malaquías 3:11).
Reprende al jinete y al caballo y que sean entorpecidos (Salmos 76:6).
Reprendo todo espíritu impuro que intente obrar en mi vida (Lucas 9:42).
Reprendo a los espíritus soberbios y malditos (Salmos 119:21). Desato reprensiones de ira sobre el enemigo (Ezequiel 25:17). Que e! enemigo sea reprendido por e! soplo de!
aliento de tu nariz (2 Samuel 22:16).
Reprende al enemigo con llamas de fuego (Isaías 66:15). Que un millar huyan a mi reprensión (Isaías 30:17). Reprende todo mar que trate de cerrarse
sobre mi vida (Salmos 106:9).
Diablo, te reprendo. Calla y sal (Marcos 1:25).

Convierto en desolación los montes de
Esaú (la carne) (Malaquías 1:3). Levanta tu mano, oh Señor y trastorna
de raíz los montes (Job 28:9).
Ordeno a todo monte de deuda que sea quitado y echado al mar.
Señor, tú estás en contra de todo monte de destrucción  (Jeremías 51:25).
Que los montes tiemblen ante tu presencia, oh Dios (Jueces 5:5).
Convierte en soledad todo monte de maldad en mi vida, oh Señor (Isaías 42:15).
Trillo todo monte y lo moleré, y los collados reduciré a tamo (Isaías 41:15).
Cada monte en mi camino se convertirá en llanura (Zacarías 4:7).
 
 
 
 
PARA   HABLAR  A  LOS  MONTES  PARA   DESPOJAR

Hablo a cada monte de mi vida y le ordeno que sea quitado y echado al mar (Marcos 11:23).
Ordeno a todo monte económico que sea quitado de mi vida, en el nombre de Jesús.
Que todo monte maligno escuche la voz del
Señor y sea quitado (Miqueas 6:2).
Profetizo a los montes y les ordeno escuchar la
Palabra de Dios y ser quitados (Ezequiel 36:4).
Que las montañas tiemblen ante la presencia de Dios (Habacuc 3:10).
Contiendo contra todo monte y le ordeno escuchar mi voz (Miqueas 6:1).

Que los consejeros de los malos sean despojados de consejo (Job 12:17).
Lleva despojados a los príncipes de las tinieblas (Job 12:19).
Despoja a los fuertes de corazón (Salmos 76:5).
Ato al enemigo, le quito todas sus armas y divido e! botín (Lucas 11:22).
Que Babilonia sea despojada y destruida  (Jeremías 51:53).
Que los lugares altos sean despojados, en e!
nombre de Jesús (Jeremías 12:12). Señor, tú has despojado principados y
potestades (Colosenses 2:15).
Despojo al enemigo y restituyo los bienes robados, en el nombre de Jesús (Éxodo 12:36).
Apago con el escudo de la fe todo dardo de fuego
que el enemigo lance contra mí (Efesios 6:16).
Apago todo dardo de fuego de envidia, celos, enojo, amargura e ira que sea lanzado contra mi vida, en el nombre de Jesús.
Apago todo tizón enviado por el enemigo en contra de mi vida, en el nombre de Jesús (Isaías 7:4).
Ato y reprendo todo espíritu de celos dirigido hacia mi vida, en el nombre de Jesús.
Apago todo fuego que el enemigo quisiera echar en mi santuario, en el nombre de Jesús (Salmos 74:7).
Ato y echo fuera toda serpiente de fuego lanzada en contra de mi vida, en el nombre de Jesús (Isaías 30:6).

Apago toda centella de fuego que venga de la boca de leviatán (Job 41:19).
No seré quemado por el fuego del enemigo (Isaías 43:2).
Pasaré toda PI ueba de fuego enviada por el enemigo en contra de mi vida (1 Pedro 1:7).
El enemigo no podrá quemar mi cosecha (2 Samuel14:30).
Apago todo fuego de maldad enviado contra mi vida, en el nombre de Jesús (Isaías 9:18).
Apago toda palabra impía hablada en contra de mi vida, en el nombre de Jesús (Proverbios 16:27).
Apago toda antorcha que el enemigo quiera usar contra mi vida, en el nombre de Jesús (Zacarías 12:6).
Apago todo chisme dirigido contra mi vida, en
el nombre de Jesús (Proverbios 26:20).
La flama del enemigo no arderá sobre mí (Isaías 43:2).
 
 
 
PARA ROMPER  MALDICIONES  Y Q!JE  FLUYAN LAS BENDICIONES            DE DIOS
Soy redimido de la maldición mediante la sangre de Jesús (Gálatas 3:13).
Soy la cimiente de Abraham y su bendición es mía (Gálatas 3:14).
Escojo bendición en lugar de maldición y vida en lugar de muerte (Deuteronomio  11:26).
Rompo y me libero de toda maldición e iniquidad generacional como resultado de los pecados de mis antepasados, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición en ambos lados de mi familia por sesenta generaciones.
Rompo todas las maldiciones de la brujería, la hechicería y la adivinación, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de orgullo y rebelión, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de muerte y destrucción, en el nombre de Jesús.
Rompo y reprendo toda maldición de enfermedad y malestar, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de pobreza, carencia y deuda, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de rechazo, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de mente dividida y esquizofrenia, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de
Iezabel y Acab, en el nombre de Jesús. Rompo y me libero de toda maldición de divorcio
y separación, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de lujuria y perversión, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de confusión y enfermedad mental, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de idolatría, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda enfermedad que pueda causar accidentes o una muerte prematura, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición de distracción y vagabundeo, en el nombre de Jesús.
Rompo y me libero de toda maldición hablada y toda palabra negativa hablada en mi contra por otras personas y por gente de autoridad, en el nombre de Jesús, y los bendigo.
Rompo y me libero de toda maldición que haya provocado sobre mí mismo por palabras negativas que hay dicho, en el nombre de Jesús.
Ordeno a todo demonio que se esconda y obre a través de una maldición que salga, en el nombre de Jesús.

Que quienes planeen dañarme me den la espalda y sean confundidos.
Que las redes que han escondido los atrapen y que caigan en esa misma destrucción.
Ato y reprendo todo espíritu de Sanbalat y Tobías, en el nombre de Jesús. (Nehemías 6:1-6).
Escóndeme del consejo secreto de los malignos (Salmos 64:2).
 
 
 
 
 
ORACIONES      PARA  VENCER   CONSPIRACIONES SATÁNICAS    y DEMONÍACAS
Desato confusión en contra de toda conspiración satánica y demoníaca en contra de mi vida.
Que el consejo secreto de los malvados se convierta en necedad.
Que se dispersen quienes se hayan reunido contra mí.
Envía tu rayo, oh Señor y dispersa al enemigo. Destrúyelos, oh Señor y confunde sus lenguas (Salmos 55:9). Ningún  arma  forjada en contra de mí prosperará, las puertas
y los planes del infierno no prevalecerán en mi contra.
Venzo toda estrategia del infierno en contra mía. Toda estrategia del infierno es expuesta y sacada a la luz. Recibo los planes de Dios para mi vida, pensamientos
de paz y no de mal, para darme el fin que espero.
Soy liberado de toda trampa y plan del maligno en contra de mi vida.
Desato al torbellino para dispersar a quienes conspiran en mi contra.

PARA  VENCER   Y DIVIDIR ALIANZAS    DEMONÍACAS
Rompo y divido toda alianza demoníaca en contra de mi vida, en el nombre de Jesús.
Desato la confusión sobre toda alianza demoníaca dirigida en contra de mi vida, mi familia y mi iglesia, en el nombre de Jesús.
Divide y dispersa a los que se han unido en mi contra.
Ato y reprendo todo refuerzo demoníaco enviado por Satanás para atacar mi vida.
Que los espíritus que gobiernan estas alianzas sean como Oreb, Zeeb, Zeba y Zalmuna (Salmos 83:5-11).
Oh, Dios mío, hazlos como torbellinos, como hojarascas ante el viento (Salmos 83:13).
Persíguelos con tu tempestad y atérralos con tu torbellino (Salmos 83:15).
Que queden afrentados y turbados para siempre, que sean deshonrados y que perezcan (Salmos 83:17).
Desata la confusión y que se ataquen los unos a los otros, en el nombre de Jesús (2 Crónicas 20:23).

Señor, tú creaste los lugares altos para tu gloria, no dejes que el enemigo los controle.
Ato al príncipe de la potestad del aire (Efesios2:2). Ato a los poderes de las tinieblas que quieran controlar
las ondas radiales para transmitir  suciedad violencia y
hechicería a través de los medios, en el nombre de Jesús.
Tomo autoridad sobre los príncipes de los medios, en el nombre de Jesús (Daniel 8:20).
Ato a la maldad espiritual en los lugares altos (Efesios6:12). Señor, destruye a los ídolos en los lugares altos (Levítico 26:30). Derribo los lugares altos del enemigo (Números 33:52).
Soy un rey y derribo los lugares altos, en el nombre de Jesús (2 Reyes 18:4).
Retiro a los nehustán  (objetos antiguos de Dios que habían sido hechos ídolos) de los lugares altos (2 Reyes 18:4).
Retiro los espíritus religiosos de los lugares altos (2 Reyes 23:8).
Que el lugar alto de Tofet sea destruido  (Jeremías 7:31).
Que tu fuego santo queme los lugares altos. Que los lugares altos de la brujería sean destruidos,
en el nombre de Jesús (2 Crónicas 28:4).
Destruye toda la adoración falsa en los lugares altos (2 Crónicas 28:25).
Que los lugares saltos sean purificados mediante tu unción (2 Crónicas 34:3).
Retira todo ministerio falso de los lugares altos (1 Reyes 12:31).
Retira a todos los dioses extraños de los lugares altos (2 Crónicas 14:3).
Retira todo altar satánico erigido en los lugares altos (2 Crónicas 14:3),
Que todos los lugares altos establecidos por un gobernante impío sean destruidos, en el nombre de Jesús (2 Reyes 23:19).
Que todos los lugares altos de Baal sean derribados (Jeremías 19:5).
Profetizo hacia los lugares altos de la antigüedad y despojo al enemigo (Ezequiel 36:1-3).
Que los hombres justos con tu sabiduría se sienten en los lugares altos del gobierno de mi ciudad y nación (Proverbios 9:3).
Caminaré en los lugares altos (Habacuc 3:19). Que todo lugar alto de maldad que no haya sido
derribado sea derribado (1 Reyes 15:14),
Hazme subir sobre las alturas de la tierra y comer de los frutos del campo, hazme chupar la miel de la peña y el aceite del duro pedernal (Deuteronomio 32:13).
Que todos los lugares altos edificados por mis ancestros sean derribados (2 Reyes 18:4).
Que los altares que destruyeron nuestros padres espirituales no sean reedificados (2 Crónicas 33:3).
Que los lugares altos sean desolados (Ezequiel 6:6).
Huello sobre los lugares altos de los malvados (Deuteronomio 33:29).
Rompo el poder de todo sacrificio hecho en los lugares altos (1 Reyes 3:2).
Camino en el espíritu de [osías  para lidiar con los lugares altos (2 Crónicas 34:3).
Señor, abre ríos en las alturas (Isaías 41:18).

Permíteme poseer la puerta del enemigo por medio de Jesús (Génesis 22:17).
Establece las puerta
Anonymous

Lo Mas Lindo Que Mis Oidos An Po

23 Aug 2015 - 02:35 am

...

Anonymous

Ocovi

04 Dec 2014 - 09:03 pm

Gracias padre amado por permitir recibir estas bendiciones a través de tu palabra que es sabia y santa.

No permitas que el deseo de maldad, odio y ira reinen en mi, sino por el contrario todo amor, solidaridad, respecto y confianza hacia ti y así mi projimo.

Protege a mi familia, mi hogar y todos los que me rodean.

Bendito y alabado seas por siempre Señor y que tu presencia esté siempre conmigo. Amen

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